martes, 3 de febrero de 2009

soneto II

I.

Del sol los rayos besarán sus canas
cual besaron blanca piel que antaño vieron,
y cantaron su plañir en la alborada
-sus primeros llantos ya versos fueron-

Cuando al fin sus pupilas, cansadas,
dilátense en la tarde hasta el ocaso
le dirá Dios al oído éstas palabras:
"¡El Destino de la Vida es el Fracaso!"

Sus ojos, azahar y azur vidrioso,
brillarán al expirar, con gesto airoso,
en un último aspaviento de arrogancia.

Morirá contento y, perezoso,
se entregará al destino odioso
en que la vida pasó sin relevancia.


II.

Su cuerpo inerte veía,
de azul tornarse el semblante
en la lejana abadía
do yace su ser menguante
al son de una letanía.

¡Mas no era allí donde estaba
sino en su vida triunfante,
henchido en su rebeldía
frente a la mar encrespada!
Un mar que volar quería.



pol roca 2.feb.-21.abril. 2009

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